La muy interesante poeta italiana ha quedado muy olvidada porque su poesía, muy sentimental, bogó contra las modas estéticas de las vanguardias; y porque, aunque tuvo unos comienzos de musa socialista, la «virgen roja» fue aclamada después por su viejo camarada de inquietudes socialistas, Mussolini, que le dio un premio que llevaba su nombre, y quizá contribuyó a su olvido. Tampoco las inquietudes cristianas de su última etapa ayudarán mucho, me malicio.