«Un mártir cristiano no es bandera de una facción. El mártir va por delante de todos nosotros. Él es un evangelio viviente. Estamos llamados a conocer y aceptar su testimonio, a conocer sus historias y hacer memoria», explica el historiador a ReL.
«El mártir no es una excusa para hacer victimismo cristiano ni es una base para vengarse», advierte Riccardi. «El mártir cristiano perdona como Cristo perdonó. El mártir muestra qué es lo que vive de verdad la Iglesia.