El republicanismo de Azaña «no es ideológico, sino una tabla de salvación: se acoge al republicanismo porque se le ha hundido todo», un republicanismo «completamente sectario, dogmático, que nunca se contrasta con la realidad». Además, ha destacado que el autor de La velada en Benicarló «es un gran prosista y tiene lecturas de autores españoles muy de fondo». «Quería ser un artista, y eso hay que tomárselo en serio. Ahora, todo el mundo quiere ser artista, influencer… Azaña quiere ser un artista de la palabra. Quiere escribir una gran novela, pero no tiene una gran imaginación»,