El maestro Gambescia, a pesar de la verdad expresiva que contiene el título del libro, expone una alternativa sana al liberalismo militante aquejado de similares males a los de los demás -ismos. Pues hay un liberalismo, como él mismo denomina, «a contracorriente», desbloqueado del maniqueísmo pueril de reducir todo a la voluntad de querer hacer las cosas «bien» o no. Que comprende que el carácter inevitable y connatural a la humanidad de la política hace que esta se rija por parámetros distintos a la hora de juzgar éticamente los hechos.