De Mello o la escritura al servicio del desheredado

De Mello escribe desde el silencio, porque únicamente desde ahí se puede abrazar el prodigio, lo auténtico. Aunque la inmensidad de su poesía, la significancia ética y estética de sus versos trascienden todo tiempo, su prosa transcurre (y discurre) por la claridad sencilla de las cosas para impregnarse de ellas e interpelar al lector.