La Guerra Fría tuvo muchos frentes. Uno de ellos fue el cultural. Los Estados Unidos articularon una réplica cultural e ideológica a la Unión Soviética que tuvo presencia en España, ejerció influencia sobre una parte de la oposición antifranquista y llegó a dejar su impronta en la Constitución de 1978. Esta sería, muy condensada, la historia que relata Iván Vélez en su recién publicado libro Nuestro hombre en la CIA. Guerra Fría, Antifranquismo y federalismo (Encuentro, 2020). Una historia que empieza en 1950 en el Palacio Titania de Berlín, donde se hizo público el Manifiesto a los hombres libres, que fue la presentación al mundo del Congreso por la Libertad de la Cultura (CLC). El manifiesto lo leería en público el destacado excomunista Arthur Koestler.