Tres son, a mi juicio, las fortalezas de este pequeño libro. En primer lugar, la conexión
entre belleza y verdad que subyace a todo el ensayo (…)
En segundo lugar, Pirfano cita constantemente a grandes compositores y artistas, lo
que da credibilidad a sus ideas. No dice lo que “para él” (…)
Finalmente, se agradece el estilo claro y elegante del autor.