Dividido en dos secciones, la primera de ellas, compuesta por siete capítulos, expone reflexiones históricas que evidencian la afinidad del autor con la metodología histórica de Américo Castro. La segunda sección está formada por un extenso apéndice de textos cuya inclusión quiere servir como acicate para que el lector pueda llevar a cabo la meditación que da título al libro.