En veintitrés breves reflexiones, El P. Mauro dibuja con hondura y seriedad los rasgos más destacados del rostro e identidad de José, de su aprendizaje y maduración en el proceso de ser padre de Jesús (…) Pero esta paternidad de José no se acabó en Jesús, se nos ofrece a nosotros silenciosamente para seguir junto a María su gran obra donde Cristo crece como Hijo de Dios en nuestra humanidad.