La pobreza es uno de los problemas que más lugar da a equívocos y en política no es una cuestión menor. Al menos desde finales del siglo XIX, con la aparición de la llamada “cuestión social”, ha pasado al primer plano de la acción política, con mayor o menor fortuna, de agentes tan diversos como los grupos socialistas, la Iglesia católica, otras iglesias, y agrupaciones de personas con un cierto interés político y “social”. En nombre de la pobreza algunos lo dejan todo y “se van de misiones” y otros luchan por extender la riqueza a todos, pero casi ninguno parece entender el sentido verdadero de la pobreza.