Si hay un libro cuya aparición haya encendido todas mis luces rojas en los últimos tiempos, es el titulado Nuestro hombre en la CIA, de Iván Vélez, arquitecto de profesión, «lancero libre» de la historiografía a quien hay que agradecer que, en unión de otros estudiosos beneméritos, haya hecho frente a esa leyenda negra en la que tanto se han regodeado en los últimos lustros la casta política de la democracia y sus «intelectuales orgánicos».