Al lector le sorprende la pertinencia del texto para España. Su utilidad para la llamada especificidad hispánica, para la perplejidad que embarga al mundo laico y católico de un país que vive el mismo proceso que todo Occidente, pero con sus particularidades. La historia española no facilita mucho la superación de posiciones ideológicas, en creyentes y no creyentes, para reconocer los rasgos de un mundo muy diferente al que era habitual hasta hace poco.