Hay algo profundamente triste y, al mismo tiempo, hondamente esperanzador en Una educación liberal (Ediciones Encuentro), el último trabajo del catedrático de Filosofía Moral y Política José María Torralba. Triste, porque, una vez más, nos vemos confrontados a la necesidad de defender lo obvio: que la Universidad no debe ser sólo una fuente de conocimientos técnicos o profesionales, sino también un lugar que aliente la búsqueda de la verdad y de la sabiduría. Y esperanzador porque el libro incluye una propuesta práctica