El autor despliega el libro contándonos en directo cómo está siendo el proceso de escribirlo, y detallando incluso desde donde lo hace, incluyendo varios viejos cafés de Madrid, los acantilados de la Costa de la Muerte, la terrazas coruñesas de la Marina, un desolador psiquiátrico abandonado, el Florian de la plaza de San Marcos en Venezia, o la Playa del Cargadero de Ribadeo, donde firma el epílogo de la obra.