Jiménez Lozano publica ‘se llamaba Carolina’

Se llamaba Carolina esconde una mirada preñada de nostalgia, viveza e ironía al mundo del teatro de los cómicos ambulantes que, en los años de la posguerra, recorrían el mundo rural español con un amplio repertorio que adecuaban en función de sus variopintos públicos. En sus primeras páginas, la novela recuerda la llegada al pueblo del narrador del cinematógrafo, llamado a enterrar otras formas artísticas como el teatro.