Al igual que su admirado Adenauer, Helmut Kohl, que había accedido a la cancillería en 1982, nunca había renunciado al sueño de alcanzar la unidad.
Al igual que su admirado Adenauer, Helmut Kohl, que había accedido a la cancillería en 1982, nunca había renunciado al sueño de alcanzar la unidad.