La imagen de país atrasado que sigue arrastrando a ambas orillas del Atlántico arrancó hace mucho, en el siglo XVI, pero ha seguido siendo cultivada desde entonces tanto por algunos extranjeros como, sobre todo, por los propios españoles, siempre apegados a su castizo nacional-masoquismo. Hace algunos años el eminente historiador británico Henry Kamen lamentó ante sus estudiantes en un curso en El Escorial:
«Los únicos en todo el mundo que se creen ya la Leyenda Negra a pies juntillas son ustedes, los universitarios españoles. Me abochorna».