En suma, tenemos un libro que se nos propone habitar como quien entra en la vida monástica, porque «dentro del cristiano habita un monje». No es de lectura fácil, presupone erudición en su lector, o al menos amor a ella. Y una radical vocación cristiana y humanística: no merecería la pena adentrarnos en este libro-guía si no quisiésemos habitar en alguna de sus celdas.