He estado reflexionando sobre cómo aplicar y adaptar estas enseñanzas en nuestra diócesis. En el contexto actual es urgente para sacerdotes, miembros de la vida consagrada, así como para el laicado, encontrar el equilibrio y las justas proporciones entre la oración, la formación permanente, el trabajo pastoral, el esparcimiento necesario y el descanso; y también es fundamental para responder a la llamada a la santidad, en cada uno de los estados de vida.