Fue el cardenal Ratzinger, quien, en 1992, dijo que el autor de este libro pertenecía a un grupo selecto de grandes sabios estudiosos de la antigüedad cristiana.
Fue el cardenal Ratzinger, quien, en 1992, dijo que el autor de este libro pertenecía a un grupo selecto de grandes sabios estudiosos de la antigüedad cristiana.