John Henry Newman escribe este apasionado tratado breve a modo de respuesta a Eirenicon, un largo volumen escrito por su amigo Edward Pusey. Aquí el santo insiste en la legitimidad del puesto de María en la teología católica recurriendo a la fuente que sabía que su amigo no podría sino aceptar: la Patrística.
«Cuando Mary, su hermana menor, le preguntó por qué le parecían tan importantes los Padres de la Iglesia, Newman respondió que porque poseían y expresaban un conocimiento de primera mano de los objetos de la Palabra de Dios. Y por eso, para él como para los Padres, la teología y la espiritualidad no son cosas diferentes que transcurren por caminos o vías diversas, sino que son dos caras distintas pero complementarias de una misma realidad. Y ambos aspectos, su conocimiento de los Padres y su espiritualidad, quedan de manifiesto en la Carta a Pusey y se orientan a demostrar la legitimidad del culto a la Virgen María y su devoción por parte de los católicos» (de la Introducción de Rubén Peretó).
La profundidad espiritual de Newman
Este es un breve tratado que escribió Newman en 1865 dirigiéndola a su amigo Edward Pusey como respuesta al largo volumen escrito por este con el título "Eirenicon". La carta fue redactda en nueve días y su objetivo no era otro sino mostrar la legitimidad del puesto que María ocupaba en la teología católica. (...)En él aparecen, no solamente los conocimientos que Newman tenía de la teología patrística, sino la profundidad espiritual de la teología que el propio Newman practicaba.
Publicado en Proyección por B.A.O.
Newman aborda cuestiones delicadas de teología fundamental
El cardenal Newman viene a recomendar el 'esprit de finesse' en cuestiones de fe y a precaverse de la pura lógica en la consideración de los misterios, pues esta no los respeta al final y muestra que estos forman un cuerpo: donde se ha preterido el puesto de María en el designio de Dios ha entrado en crisis la confesión de la divinidad de Cristo.
Publicado en Ephemerides Mariologicae por Pablo Largo
Newman sigue siendo uno de los intelectuales decimonónicos más importantes y reconocidos de todo Occidente. Aquí nos regala un tratado breve y apasionado que escribió en tan solo nueve días de trabajo intenso dirigido a su amigo Edward Pusey, en respuesta a un largo volumen escrito por este y titulado Eirenicon.
Publicado en Alfa y Omega por Maica Rivera
Autor
John Henry Newman
John Henry Newman (Londres 1801 - Birmingham 1890) es sin duda uno de los pensadores cristianos con mayor influencia en la actualidad, especialmente en el mundo anglosajón. Ordenado sacerdote anglicano en 1825, durante los años siguientes fue uno de los principales impulsores del Movimiento de Oxford, cuya aspiración principal era que la Iglesia de Inglaterra volviera a sus raíces católicas. Tras un largo proceso, sus estudios sobre los Padres de la Iglesia le acaban llevando a convertirse al catolicismo en 1845, siendo ordenado sacerdote católico en 1847.
En 1879 fue nombrado cardenal por el papa León XIII. Considerado por muchos como uno de los inspiradores del Concilio Vaticano II, en 1991 fue declarado Venerable por san Juan Pablo II, en 2010 beatificado por Benedicto XVI y el 13 de octubre de 2019 canonizado por el papa Francisco en Roma. Encuentro ha publicado en español buena parte de su extensa obra, de la que destacan Ensayo para contribuir a una Gramática del Asentimiento, Apologia pro vita sua, Suyo con afecto y los Sermones parroquiales (ocho volúmenes).