El atractivo de Jesucristo
El atractivo, el estupor inicial que suscitaba el encuentro con Jesús de Nazaret era un juicio que se convertía inmediatamente en apego a su persona. Pero no era un apego sentimental, sino una manifestación de la razón que hace que nazca un juicio de estima y de apego por la persona que se tiene delante. De aquí brota una nueva moralidad: el cambio de la vida tiene lugar si se ama como Pedro amaba a Cristo, que no se atrevía ni a mirarlo a la cara porque lo había traicionado.
La novedad de la vida reside en decir Tú a esta Presencia. Es necesario que se haga se desarrolle, crezca con nuestra voluntad y nuestra sensibilidad, con nuestra ayuda y nuestra iniciativa. Esa Presencia, a partir de la cual florece todo el mundo, es la Presencia por la que todos los hombres son perdonados, es decir, salvados: una Presencia que se llama «misericordia».
Seguir a Cristo nos pone en las mejores condiciones para afrontar la realidad y para usar las cosas, caminando hacia el destino. Si no incide de este modo en nuestra vida, Cristo es algo que no tiene que ver con ella: quizás tenga que ver con la vida futura, pero no con la vida presente.
Autor
Luigi Giussani
Luigi Giussani (1922-2005), sacerdote milanés, es el fundador del movimiento eclesial Comunión y Liberación. Cursó sus estudios en la Facultad de Teología de Venegono, donde fue profesor durante algunos años. En los años cincuenta abandonó la enseñanza en el seminario para dar clases en un instituto de enseñanza media de Milán, el Liceo Berchet, donde permaneció hasta 1967. Desde 1964 hasta 1990 enseñó Introducción a la Teología en la Universidad Católica del Sacro Cuore de Milán.
Educador infatigable, Giussani publicó en el transcurso de su vida numerosos ensayos, pues como él mismo dijo, «sólo a través de la educación se construye un pueblo como conciencia unitaria y como civilización». En particular quiso mostrar «la razonabilidad y utilidad para el hombre moderno de esa respuesta al drama de la existencia que lleva por nombre 'acontecimiento cristiano'», ofreciendo dicha respuesta «como sincera contribución para una verdadera liberación de los jóvenes y de los adultos».
Como reconocimiento a su labor, en 1995 recibió el Premio Nacional para la Cultura Católica y, en diciembre de 1997, su libro El sentido religioso fue presentado en la ONU. Falleció en Milán el 22 de febrero de 2005. Siete años después, el 22 de febrero de 2012, se presentó la petición de apertura de su causa de beatificación y canonización, que fue aceptada por el Arzobispo de Milán. Encuentro ha publicado casi todas sus obras en español.