El rostro del Resucitado
Grandeza profética, espiritual y doctrinal, pastoral y misionera del Vaticano II«Una obra sólida sobre el Concilio y un estimulante de la vida cristiana». Con estas palabras describe Henri de Lubac El Rostro del Resucitado, volumen con el que Marie-Josep Le Guillou, perito en el Concilio Vaticano II y uno de los protagonistas de la teología católica de la segunda mitad del siglo XX, ofrece a los lectores «una especie de vade-mecum conciliar, un manual con las líneas fundamentales de Vaticano II». El Rostro del Resucitado, que permite reconocer la «contemplación del Rostro de Cristo suscitada por el Espíritu» como la «pulsación primordial del corazón quizá escondido pero infinitamente real y dinámico del Vaticano II», constituye un ejemplo paradigmático de la «hermenéutica la renovación y de la reforma dentro de la continuidad del único sujeto-Iglesia» solicitada por Benedicto XVI a cincuenta años de la apertura del último Concilio Ecuménico.
Grandeza profética, espiritual y doctrinal, pastoral y misionera del Concilio Vaticano II.
Le Guillou es un dominico que estudió y enseño en la prestigiosa escuela de teología de Le Saulchoir. Interesado por el movimiento ecuménico, en el contexto de lo que se conoció como “nueva teología”, fue invitado como perito por los obispos franceses al segundo periodo del Concilio. En la línea de teólogos como de Lubac, Balthasar y el propio Ratzinger, este dominico propone una hermenéutica del Vaticano II que recupere las grandes intuiciones del mismo, más allá de la lectura utilitarista e inmediatista que prosperó en el inmediato postconcilio. De hecho, esta obra salió a la luz en el año 1967 y es publicada de nuevo ahora después de un detenido proceso de corrección del aparato crítico de la misma. La clave de lectura, como el propio nombre indica, se encuentra en la categoría de “rostro”. Se trata de una categoría altamente sugerente que tiene una innegable raigambre bíblica y que ha sido reivindicada especialmente por el pensamiento filosófico judío en la persona de E. Levinas. Le Guillou propone una relectura de los textos del Concilio atendiendo al rostro. En definitiva, es a través del rostro como se hace verdadera la presencia del “otro” en la propia vida. Así, rostro es una realidad unida indisolublemente a la categoría de revelación o manifestación. De esta manera, el Concilio es releído en una clave estrictamente teológica, más que eclesiológica, donde el elemento cristológico es esencial al espíritu de lo que proponen los Padres conciliares. Así, Jesucristo aparece ante el mundo como la revelación suprema del verdadero rostro de Dios, al tiempo que la Iglesia ha de mostrar en su rostro la permanente presencia del único Señor que la convoca y la llenade vida.
Publicado en BOLETÍN BIBLIOGRÁFICO, Proyección LX (95-128) por S. Béjar.
El P.Marie-Joseph Le Guillou es un miembro relevante de la generación de dominicos franceses que preparó y acompañó las tareas de Concilio Vaticano II.
Publicado en SCRIPTA THEOLOGICA / VOL. 45 / 2013 por José Ramón Villar
Un ensayo teológico con tono de meditación.
Le Guillou, un discípulo de Y. Congar, ha sido uno de los teólogos del siglo XX que ha destacado en el planteamiento de algunos de los temas centrales del Concilio Vaticano II, como el ecumenismo y la misión de la Iglesia.
Publicado en Estudios eclesiásticos vol.88 núm.344 por S.Madrigal
Cómo afrontar una nueva evangelización
«No es casual que coincida el comienzo del Año de la Fe con el cincuentenario de la apertura del Concilio Vaticano II. A este respecto, hay que destacar la publicación de El rostro del resucitado (Encuentro, 2012, 423 págs.), del dominico Marie-Joseph Le Guillou (1920-1990), traducido por primera vez al castellano, cuyo objetivo es hacer entender las orientaciones del Concilio.
Para el exegeta francés, el Concilio supuso una novedad, lo que no es obstáculo para afirmar su “continuidad perfecta” con la tradición teológica y eclesiástica. Además, entiende el Concilio como una invitación espiritual a redescubrir la dimensión cristiana, y reconducir a la Iglesia a su fuente, Cristo.
A lo largo de sus páginas, El rostro del resucitado repasa las principales constituciones y documentos conciliares, vislumbrando siempre su carácter existencial. Esto significa que la fe aparece no como una doctrina establecida fríamente, sino como un encuentro personal».
Publicado en Aceprensa por José Ignacio Moreno y José María Carabante
Hay que reconocer las llamadas del mundo
Una síntesis global del Concilio susceptible de ayudar a sus sacerdotes y a sus laicos a realizar los descubrimientos que ellos mismos habían hecho a lo largo de las sesiones.
Publicado en Recensiones por Manuel Aroztegi
Autor
Marie-Joseph Le Guillou
Marie-Joseph Le Guillou o.p. (1920-1990) estudió con maestros como Congar, Chenu y Dumont en Le Saulchoir, donde fue profesor de Moral en las Facultades de Filosofía y Teología. Miembro del Centro Istina de París, por su experiencia en el ámbito ecuménico fue nombrado perito en el Concilio Vaticano II a partir del segundo período. Tras la clausura del concilio publicó El rostro del Resucitado (Encuentro 2012), una espléndida introducción teológica a la enseñanza del Vaticano. Fundador y primer director del Instituto de Estudios Ecuménicos del Institut Catholique de París, fue miembro de la Comisión Teológica Internacional y secretario de la Asamblea del Sínodo de los Obispos sobre el sacerdocio en 1971. Amigo de Henri de Lubac, Hans Urs von Balthasar y Joseph Ratzinger, para afrontar la crisis de los años setenta del siglo pasado propone la recuperación de la lectura hermenéutica de la tradición católica en volúmenes como El misterio del Padre (Encuentro 1998), El Inocente (Monte Carmelo 2005), y Los testigos están entre nosotros. En 1974, con 54 años, una grave enfermedad le impidió continuar establemente su trabajo académico, no así la predicación y la formación de seglares y religiosas. Murió el 25 de enero de 1990 en el Priorato de Béthanie de las Benedictinas del Sacré-Coeur de Montmartre (Blaru, Francia), donde se había retirado en 1979. En esta casa se han publicado varias obras suyas de las que destacan Los testigos están entre nosotros(2013) y La Iglesia, luz en nuestra noche(2015).