Olav Audunssön (2 tomos)
Olav no había dormido y estaba escuchando el juicio que su hijo se había formado sobre su vida. Al mismo tiempo se presentaba a su espíritu una visión en medio del delirio de la fiebre. Este delirio, sin embargo, no era lo suficientemente violento para que no se diera cuenta de las cosas.
En él Olav veía un campo lleno de cardos, de umbellas y de madroños. Las malas hierbas elevaban atrevidamente hacia el sol sus flores amarillas y rojas, y el buen grano crecía tan mal que apenas se daba uno cuenta de que había sido sembrado. Pero, en el campo, alguien avanzaba... Unas veces Olav creía ver a su ángel de la guarda, y otras reconocía a Eirik... Era un amigo que no preguntaba si el moribundo le había causado perjuicio, sino que sólo pensaba en levantar las pobres espigas que veía entre los cardos no hubiera debido ser así.
La vida de Olav hubiera debido ser como un campo de cebada muy blanca, muy clara, esperando al segador.
Pero allí, en el campo, había alguien que había encontrado un puñado de espigas y las pondría en la balanza.
Autora
Sigrid Undset
Sigrid Undset, novelista noruega, nació en Oslo en 1882. Hija de un afamado catedrático de arqueología, de quien tomó el amor por la historia, sus obras destacaron pronto por la exactitud en la reconstrucción de la Noruega medieval. Sus primeras novelas, La señora Marta Oulie y La edad dichosa (1907), manifestaron ya su otra gran virtud: el perfecto conocimiento del mundo de la mujer. Ambas fuentes de inspiración confluyeron en su obra maestra, Cristina, hija de Lavrans, publicada en tres volúmenes entre 1920 y 1922. Le fue otorgado el premio Nobel de Literatura en 1928. Poco después de la publicación de Cristina, Sigrid Undset se convirtió al catolicismo atraída sobre todo, como dice Gabetti, por su tono general de humanidad. Fue acogida oficialmente en la Iglesia católica en 1925, en Motecassino, a la que perteneció hasta su muerte, el 10 de junio de 1949.