«Una de las cinco mejores novelas mexicanas»
(Juan Rulfo)
Florencio Estrada, un ranchero alegre y valeroso, huye a la sierra de Durango, junto a su mujer, sus hijos y sus seguidores, para avivar la brasa de una primera guerra cristera que no acababa de morir. El jefe cristero logra el respaldo de los coras, huicholes y tepehuanes de la región, cuyos agravios ancestrales no provienen de la nueva ley de cultos religiosos.
Rescoldo cuenta la reanudación de una guerra condenada al fracaso, casi una epopeya. Celebra a un puñado de hombres que asumieron su fe hasta las últimas consecuencias.
Como quien va al matadero: Los últimos cristeros, de Matías Meyer
Estrenada en México este septiembre pasado, Los últimos cristeros es el segundo largometraje del joven director Matías Meyer (1979). La película está inspirada en la novela Rescoldo, de Antonio Estrada, conmovedor relato testimonial en que el autor narra la lucha agónica de su padre. El coronel cristero Florencio Estrada, fiel a sus ideales, reemprende un combate que lo conducirá a la muerte.
Publicado en El Blog de GLI por Ángel Arias
Autor
Antonio Estrada
Antonio Estrada Muñoz (Huazamota, estado de Durango, 1927 - México DF, 1968) fue hijo de Dolores Muñoz y de Florencio Estrada, un ranchero que de 1927 a 1936 participó en las dos rebeliones cristeras, con grado de coronel, afiliado al Ejército Libertador Cristero del Estado de Durango, y que combatió al lado de los cristeros indígenas no católicos: coras, huicholes, mexicaneros y tepehuanes. En la Cristiada, Dolores siguió a su marido junto con sus hijos, aunque provenía de una familia de caciques locales y partidarios del gobierno. Después de la cacería y muerte del coronel Florencio Estrada, su viuda huyó a la ciudad de México. Antonio estudió en la escuela para huérfanos de cristeros, cursó Filosofía, Letras y Teología y en 1953 ingresó a la Escuela de Periodismo Carlos Septién. Casado con Dora Maldonado, tuvieron seis hijos en una familia con muchas presiones económicas. Mientras escribía su gran novela Rescoldo (de 1955 a 1959) y otras obras, trabajó en destacados periódicos y revistas. Cuando empezaba a estabilizarse como editor murió de un infarto de miocardio a los cuarenta años, antes de alcanzar el reconocimiento público como escritor.