A través del protagonista se vislumbran las emociones y las tensiones interiores del propio autor, que escribe, por decirlo así, con sus heridas todavía sin cicatrizar.
Por otro lado, Newman muestra con detalle el ambiente universitario del Oxford del siglo XIX, sus veneradas y ancestrales tradiciones, sus colleges y sus paisajes, en ocasiones descritos con un sorprendente estilo lírico.