He aquí un inagotable suministro de ocurrencias en el uso cotidiano de la lengua española, sabrosos episodios de su historia, manipulaciones de los incansables separatistas, ridiculeces de políticos y otros pedantes… Y lo más grave: perversas ingenierías lingüísticas de quienes, en España y en todo el mundo, pretender imponer su tiranía mediante la censura de palabras e ideas.