Tras la reactivación de la causa de beatificación de Isabel en los últimos años, cada vez son más quienes se atreven a cuestionar que la expulsión justificase la paralización de la causa. Pero Dumont no es un arribista: de hecho, expresó estas palabras en su icónico «L’incomparable Isabelle la Catholique» de 1992, poco después de la paralización, y que acaba de ser reeditado por Ediciones Encuentro tres décadas después de que viese la luz. Obra en la que el autor no oculta la importancia de «llamarla santa».