Carrón no apuesta por “inculcar valores”, aunque él los suyos los tiene muy claros, sino que está convencido de que el ejercicio de la razón lleva a la verdad. Y aquí vuelvo a estar de acuerdo con él a pesar de que mi verdad y la suya no son idénticas. La búsqueda de la verdad (y de la belleza), la convicción de que es posible darle sentido ético y estético a la vida son elementos claves en los que coincidimos.