Entre esos tres mundos (Hamlet, la vida del pueblo y el recuerdo de la guerra civil) se produce una especie de simbiosis en la que el autor se desenvuelve con singular maestría y el placer de la lectura está asegurado.
Entre esos tres mundos (Hamlet, la vida del pueblo y el recuerdo de la guerra civil) se produce una especie de simbiosis en la que el autor se desenvuelve con singular maestría y el placer de la lectura está asegurado.