El mayor riesgo contra la libertad no es que uno se la deje quitar, sino perder el aprecio por ella
(…)La tesis de Candiard va precisamente en esta línea: una buena causa nunca es razón suficiente para no respetar la conciencia del otro. De tal modo que la libertad de Onésimo queda íntimamente unida a la libertad de Filemón, el derecho inalienable de ser libre de Onésimo al derecho inalienable de la libertad de conciencia de Filemón.