En la España de los años sesenta del siglo pasado, escritores e intelectuales de distintas procedencias convergieron bajos las siglas del Congreso por la Libertad de la Cultura (CLC), entidad alentada por organizaciones estadounidenses dedicadas a la promoción cultural. En torno a este grupo tendrá lugar una serie de encuentros privados e iniciativas públicas culturales en las que se desarrollarán planteamientos críticos con el franquismo, aunque siempre al margen del influjo de la Unión Soviética.