Hacía tiempo que la lectura de un libro no me dejaba tan buen sabor de boca. […] Diego Blanco sabe de lo que habla, conoce la obra de Tolkien y muestra un buen manejo de historia de la literatura en general y de «literatura fantástica» en particular (en sentido amplio). No desvirtúa al autor, Tolkien «odiaba» las alegorías, El Señor de los Anillos es una obra de ficción, una mitología bien construida y coherente, un buen libro. Diego lo respeta, no fuerza, no moraliza, no pretende convertirlo en unas «Cronicas de Narnia». Tampoco lo manipula como si fuese una percha.[…]