El autor ajusta pues los quicios bibliográficos, «Históricos», que ya en los siglos XVI y XVII nos presentaron a un Cortés heroico a través de sus hazañas. Y esto es así porque partiendo de las reliquias escritas de Cortés o sobre éste, se erige toda una imagen, es decir toda una iconografía intelectual y no sólo mental o psicológica, que de siglo en siglo llega hasta nosotros de forma caleidoscópica.