Los relatos del dolor y sufrimiento humano son conmovedores. Llevar esas cruces, ya sea como el Cristo de la Pasión o el Cireneo que ayuda a cargar el leño, con un sentido sobrenatural sin amargura ni pesimismo, es edificante y admirable. La vida de Takashi Pablo Nagai (1908-1951) y de su esposa Midori son un testimonio de vida cristiana de tal magnitud que merece ser todo esfuerzo para promover su causa de beatificación en la Iglesia Católica.