Como dice el papa Francisco, “los santos son el rostro más bello de la Iglesia” y “a través de ellos se construye la verdadera historia”. «la historia de la Iglesia se escribe normalmente según la secuencia de los concilios, los papas y los obispos. Esto está muy bien porque la Iglesia es apostólica. Pero antes que apostólica es santa, el servicio de los pastores han de prestar es ayudar a la santificación de la Humanidad.» Un antídoto contra espiritualidades irenistas, basadas en antropocentrismos inmanentistas, y psicologismo de tres al cuarto, que después traen determinadas consecuencias.