Estamos ante un libro de filosofía que reflexiona desapasionadamente (con sobriedad, como proclama Soler Gil) sobre la muerte: de modo ordenado, lógico, siguiendo un plan trazado que el propio autor nos desvela ya desde sus primeras páginas.
Estamos ante un libro de filosofía que reflexiona desapasionadamente (con sobriedad, como proclama Soler Gil) sobre la muerte: de modo ordenado, lógico, siguiendo un plan trazado que el propio autor nos desvela ya desde sus primeras páginas.