Son magistrales las notas al pie, la breve digresión, el juicio sobre una idea o corriente filosófica, apenas
explicitada. Abundando sobre esto último, el lector no encontrará citas de autores y obras. No busca el autor erudición. Se trata de invitar, de movilizar, de exhortar a esa búsqueda de la individualidad. Pero eso no significa que haya falta de profundidad.