Al leer con agrado el texto de Polanco me he preguntado por la recepción de Balthasar en América Latina, la que ya ha tenido lugar y los aspectos que podrían tener una repercusión especial en el futuro. Al mismo tiempo, con la creciente experiencia
de interculturalidad no solo en la teología, sino en la vida misma de la Iglesia, la pregunta por su recepción creativa en diversos contextos suena desafiante, sobre todo al evidenciarse tan claramente en la introducción de Polanco la profunda inserción de Balthasar en la historia de la cultura de su continente.