Ernestina de Champourcin, nacida en Vitoria el 10 de julio de 1905, en el seno de una familia acomodada, de espíritu liberal, estudia en el colegio del Sagrado Corazón, donde adquiere una sólida formación intelectual centrada, en gran parte, en la cultura francesa. Gracias a su inclusión en la Antología de Gerardo Diego y a la caricatura juanorramoniana que abre La voz en el viento (1931), fue en los años veinte y treinta del pasado siglo la primera e indiscutible voz femenina de la Generación del 27. Después se enfrentaría a la incomprensión y al silencio, subrayado por el exilio, que emprende, en 1939, con su marido, el poeta Juan José Domenchina. Se instalan en México, donde la escritora alavesa lleva a cabo una importantísima labor de traductora, mientras, de momento, deja de lado la creación poética. Ernestina regresará a España definitivamente en 1972, ya sin Juan José, muerto en 1957. Instalada en Madrid, ciudad que la desasosiega y aumenta su desarraigo existencial, sigue escribiendo y publicando hasta su muerte. Los puntos básicos de su obra son: el mimentismo modernista y el vanguardismo de En silencio y Ahora; la culminación lírica de La voz en el viento y Cántico inútil; Dios como tema absoluto, casi exclusivo y excluyente, a partir de Presencia a oscuras; la materia histórica centro de Primer exilio. Por último, Huyeron todas las islas, que supone la recuperación de la excepcional originalidad metafórica, en una elegía que quiere ser el balance de una vida. ENCUENTRO ha publicado Poemas de exilio, de soledad y de oración.