Agustín de Hipona (Tagaste 354 – Hipona 430) es uno de los Padres más importantes de la Iglesia. De padre pagano y madre cristiana, se interesó por la filosofía desde la juventud. Seguidor del maniqueísmo y posteriormente escéptico, en Milán se convirtió al cristianismo, gracias en gran medida a la relación con su madre, Mónica, y fue bautizado por Ambrosio en 387, consagrándose definitivamente a Cristo. En 391, de vuelta en África, fue ordenado sacerdote por Valerio. A la muerte de éste, fue nombrado Obispo de Hipona. Su labor intelectual se basó en profundizar en la fe cristiana para acabar con los errores doctrinales de su época, así como en predicar al pueblo la palabra de Dios. Algunas de sus obras son imprescindibles en el pensamiento cristiano, como las Confesiones, La ciudad de Dios, o Contra los académicos, escrito en el tiempo de su conversión.