En la lectura de los grandes libros encontramos la mejor alternativa a una pedagogía sin contenido

Los americanos, siempre prácticos, han querido ver en los grandes libros la respuesta más eficaz a una pedagogía sin contenido, en el viejo sentido de lo liberal –o lo culto– que manejaba Oakeshott. En España, de forma aún incipiente, el interés por la lectura lenta parece ir también ganando adeptos. Para iluminar el día a día de su práctica, recomendamos Una educación liberal. Elogio de los grandes libros (Ed. Encuentro), un ensayo inteligente y necesario, escrito por el catedrático de filosofía José María Torralba, seguramente el principal introductor de este movimiento en nuestro país.