Me parece que estamos asistiendo a un giro emotivo de la sociedad. Y además es una especie de neorromanticismo porque estamos considerando que la emoción es más fiable que la razón. Hay que guiarse por las emociones, que tienen buena prensa, y yo creo que las emociones, si no van de la mano de la razón, tienden a desviarse porque nos gusta no tanto emocionarnos sino sentir que nos estamos emocionando ¡Que es distinto!