Aún no nos hemos dado cuenta de lo que está sucediendo: ahí se está formando a la clase dirigente del mañana en nombre de esta revolución nihilista. La universidad, los periódicos, el gran capital woke, los intelectuales, la política, todos están sometiendo a Occidente a un juicio sumarísimo. Eso de whiteness —también llamado «privilegio blanco»— no es más que una denominación que le han dado a la civilización, para colarnos, so pretexto de la inclusión, un fascismo de verdad y con todas las letras. Odian profundamente la historia.