En la obra que presentamos, cuya edición original es del año 1923, Berdiaev busca en la profundidad del ser «de Dios» el origen, la razón, la ley, el desarrollo, el significado y el fin del drama de la historia. Ve en lo «histórico» la manifestación de lo «metafísico»: la historia comienza en el seno de la divinidad y el hombre participa con su historia en este drama divino-humano; es por esto que sólo en Dios se puede comprender el tiempo y la eternidad, el principio y el fin. «El tiempo ---dice Berdiaev--- no contiene la eternidad y, sin embargo, ésta entra en el tiempo y este último desemboca en la eternidad».
Autor
Nicolai Berdiaev
Nicolai Alexandrovich Berdiaev, nacido cerca de Kiev en 1874 de una familia de tradición militar, conoció las prisiones zaristas en 1898 cuando, antes de haber terminado sus estudios en la facultad de Derecho de la Universidad de Kiev, fue arrestado y deportado a Vologda por ser miembro de un círculo socialista. Igual que muchos otros jóvenes estudiantes rusos contemporáneos, Berdiaev había simpatizado, en efecto, al comienzo, con el marxismo. Bien pronto, sin embargo, sintió la necesidad de una revisión filosófica del pensamiento de Marx con ayuda del neokantismo que entonces estaba de moda. Superado también este estadio, pasó al realismo religioso sobre todo bajo el influjo de Vladimir Solviev, y progresivamente fue elaborando una concepción cristiana del mundo cuya idea dominante y casi obsesiva es la de la libertad creadora.
Debido a su fe Berdiaev fue posteriormente expulsado de la Rusia leninista en 1922 y a partir de entonces vivió en el exliio, primero en Berlín y después en París, donde murió el 24 de marzo de 1948.