En la mañana del 28 de diciembre de 1967, en una fábrica metalúrgica de Anderlecht, barrio de Bruselas cercano a la Gare du Midi, saltó la alarma por uno de los frecuentes accidentes laborales. Murió un joven trabajador, el jesuita Egied Van Broeckhoven.
Este libro contiene una amplia antología de extractos editados e inéditos del diario al que Van Broeckhoven confió sus reflexiones. En él se disciernen elementos profundamente enraizados en la tradición de la Iglesia católica y, al mismo tiempo, perfectamente adaptados a las necesidades e interrogantes de los hombres de nuestro tiempo.
Jesuita, trabajador y místico, Egied Van Broeckhoven permaneció fiel a la vocación que le llevó a los barrios más pobres de Bruselas, donde compartió su vida con los trabajadores y los marginados y donde descubrió el profundo valor de la amistad cristiana.
Sacerdotes obreros con olor a oveja
(...) para este jesuita, la verdadera amistad no era un sencillo compadreo ni mera camaradería. Aquí no se nos habla de una mera relación humana, sino de una amistad que «busca al otro porque viene de Dios y porque su intimidad tiene un propio fundamento en la Intimidad [sic]. De esta manera permanece escondida en el misterio de Dios, que es amor».
Publicado en Alfa&Omega por Andrés Martínez Esteban
Autor
Egied Van Broeckhoven
Egied Van Broeckhoven, nacido en Amberes en 1933 y fallecido en 1967 en Bruselas, entró muy joven (1950) en el noviciado de la Compañía de Jesús. Se graduó en Filología clásica en la Universidad Católica de Lovaina en 1959 y en 1964 fue ordenado sacerdote. La vida compartida de los obreros de los suburbios de Bruselas y el valor de la amistad como lugar de encuentro con Dios ocuparon un lugar central en su misión y su reflexión. En 1958 comenzó a escribir un diario, testimonio inestimable de su intenso itinerario espiritual.
LIBROS RELACIONADOS
«Pearce consigue que la vida de Chesterton fluya con pulso de novela (...) Leer G.K. Chesterton. Sabiduría e inocencia es altamente recomendable, salvo que uno prefiera pasar su vida entre quejidos lastimeros y murmullos ...(ver ficha)