Setenta años después de su Declaración universal, los derechos humanos se han convertido en una filosofía universal que expresa una concepción determinada del hombre y que, a través de una tupida red de instituciones, impone una moral centrada en los derechos individuales.
Este libro aborda en profundidad la transformación habida en la concepción del hombre en virtud de la evolución actual y futura de los derechos humanos. Para ello compara la intención original de los redactores de la Declaración Universal, tal como aparece en los archivos de 1948, con la interpretación evolutiva que han hecho de ellos posteriormente las instancias internacionales. Se habría pasado así, en las últimas décadas, de los «derechos humanos» a los «derechos del individuo», siendo la última estación de este viaje el paso a los «derechos transhumanos», actualmente en formación.
«El análisis de la evolución de los derechos humanos permite observar con objetividad la evolución de la idea que se hacen del hombre las diferentes instancias internacionales, que no es poca cosa. (...) Esta evolución atestigua una transformación profunda de la concepción de dignidad humana que tiende a ser reducida exclusivamente a la voluntad individual, o al espíritu por oposición al cuerpo, que considera toda negación de la naturaleza y de sus condicionamientos como una liberación y un progreso».
«Los derechos humanos son una gran verdad y una gran mentira»
Los derechos humanos forman parte de nuestro horizonte cultural. Son fundamento de nuestro ordenamiento jurídico, de la legitimidad del Estado, de nuestro estilo de convivencia, de nuestra sociedad. Sin embargo, a poco que se piense acerca de esos
derechos humanos, no es difícil advertir que con el paso del tiempo han terminado siendo un elemento sobre el que unos sostienen lo contrario que otros, un ornamento confuso y devaluado, una fe formalista.
Publicado en Revista general de Derecho Canónico y Derecho Eclesiástico del estado por Rafael Palomino Lozano
Grégor Puppinck y la autodestrucción de los derechos humanos
Criticar la idea de los derechos humanos requiere mucho valor: tienen la aureola de lo sagrado. Lo que hace Grégor Puppinck en su formidable "Mi deseo es la ley", publicado por Encuentro hace unos meses, no es atacar el concepto mismo de los derechos, sino su ideologización reciente, que se manifiesta en la constante adición de “nuevos derechos” que suponen la inversión de los originales.
Publicado en actuall.com por Francisco José Contreras
Los nuevos derechos no humanos
Hay dos concepciones opuestas de los derechos humanos en Occidente: la concepción libertaria basada en la libertad, o más bien el libertinaje, y la concepción personalista basada en la dignidad
Publicado en El rincón de Yanka por Nicolás de Cárdenas
El futuro de la dignidad humana
Después de setenta años, la Declaración (de Derechos Humanos de 1948) ha derivado en una antropología de fondo que expresa una concepción determinada del hombre y que, a través de una tupida red de instituciones, impone una moral centrada en los derechos individuales, ilimitados y sin referencia alguna a la ley natural.
Publicado en Palabra, julio 2020 por Juan José Muñoz García
«Se retuercen los derechos para imponer una nueva antropología»
«Prácticas antaño prohibidas en nombre de la dignidad humana son en la actualidad promovidas como derechos humanos de un tipo nuevo». Léase el aborto, la eutanasia o el transhumanismo
Publicado en Alfa y Omega por José María Ballester Esquivias
"La desnaturalización de la concepción de dignidad humana"
En Mi deseo es la ley, el intelectual católico francés Grégor Puppinck ilustra la progresiva transformación de los derechos “humanos” en derechos “individuales” y el surgimiento de nuevos “derechos transnaturales”, a través de un análisis de diversos instrumentos de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH).
Publicado en Prudentia Iuris, Universidad Católica de Argentina por Ligia Castaldi
Los derechos humanos son una gran verdad y una gran mentira
No es difícil advertir que con el paso del tiempo han terminado siendo (los derechos humanos) un elemento sobre el que unos sostienen lo contrario que otros, un ornamento confuso y devaluado, una fe formalista. (...) Son parte de las idas y venidas, de los tiras y aflojas de la política internacional, de las cloacas de los organismos internacionales, de los juegos de poder de grupos de presión ideológicos y económicos.
Publicado en Estado y Religión por Rafael Palomino Lozano
Derechos humanos “desencarnados”
"Para redactar una Declaración Universal de Derechos Humanos, como se hizo en 1948, es necesario ponerse de acuerdo sobre lo que es digno de protección en el hombre y, por lo tanto, sobre lo que es el hombre. No hay derechos humanos sin una antropología subyacente. Sin embargo, según se considere al hombre según la tradición gnóstica o cristiana, se adopta una visión diferente de sus derechos".
Publicado en Aceprensa por Fernando Rodríguez-Borlado
Con un profundo entendimiento de la transformación de los Derechos Humanos en el Derecho Internacional, la obra aborda la desnaturalización de la concepción de dignidad humana, originalmente basada en los atributos de la persona humana, reemplazada por una nueva concepción del hombre basada en la voluntad individual y la dominación del cuerpo.
Publicado en Prudentia Iuris, Universidad Católica de Argentina por Ligia de Jesús
Autor
Grégor Puppinck
Grégor Puppinck (Montréal, 1974) es doctor en Derecho, especialista en derechos humanos, Derecho internacional y Derechos de las familias. Es director general del Centro Europeo para la Ley y la Justicia (Estrasburgo), entidad que forma parte de la iniciativa europea ONE OF US. Ha sido miembro del Panel de Expertos de la OSCE sobre libertad de religión y creencias como representante de la Santa Sede y miembro del Comité de Expertos para la reforma del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. De 2003 a 2008 ha sido profesor en la Facultad de Derecho de la Universidad de Haute-Alsace.
Es autor de numerosos libros, de los que destacan La Famille, les droits de l'homme et la vie éternelle (2015), que recibió el Premio Humanisme Chrétien en 2016. Fue nombrado Cavaliere della Repubblica por el gobierno italiano en agradecimiento por sus servicios en el caso Lautsi contra Italia. En esta casa ha publicado Mi deseo es la ley(2020).