Sabiduría griega y paradoja cristiana
El éxito extraordinario de los libros del sacerdote y humanista Charles Moeller dan nueva actualidad a Sabiduría griega y paradoja cristiana, una de sus primeras obras. En ella Moeller, que ha inaugurado un género literario nuevo, el de la crítica literaria y teológica, analiza y contrasta las relaciones entre el mundo griego y el cristianismo a través de sus respectivas concepciones del Mal, del pecado y de la libertad, ciñéndose a grandes autores como Virgilio, Racine, Cicerón, Shakespeare, Platón, Dostoievski y otros. El «hombre nuevo» de san Pablo en contraposición al hombre antiguo del mundo clásico.
«El humanismo no se opone a la santidad, sino que encuentra en ella su coronación».
El autor persigue el rastro dejado por el admirable intercambio que ha tenido lugar desde la época patrística hasta el siglo XX entre la revelación cristiana y la cultura grecolatina.
Moeller muestra de modo extraordinario en estas páginas cómo el cristianismo asume desde sus inicios las categorías de la sabiduría griega y, al mismo tiempo, aparece ante el mundo con la pretensión de completar y dar plenitud a los grandes anhelos y deseos del hombre antiguo, que serán también los del moderno.
Publicado en Biblioteca letraherida por Israel Castillo Vidal
Autor
Charles Moeller
Charles Moeller nació en Bruselas, Bélgica, el 18 de enero de 1912. A los 13 años, su hermano le llevó a una reunión ecuménica organizada por Lambert Baudouin, defensor de la unión de Iglesias. Esta reunión significó el origen de su futura pasión por el ecumenismo. Después de estudiar Humanidades Clásicas, se formó en el seminario de Malines y consagró mucho tiempo al estudio de los clásicos griegos, pero también al de los autores de su tiempo. Fue ordenado sacerdote católico en 1937 y nombrado profesor en el Colegio de Sain-Pierre. Defensor de las humanidades tradicionales, que estimaba indispensables para la permanente transmisión de la herencia cultural, fue profesor de filosofía en Lovaina. Su importancia como teólogo le valió participar en el Concilio Vaticano II. Nombrado subsecretario para la Congregación de la doctrina de la fe, se instaló en Roma. A finales de los años 60, el papa Pablo VI le llamó para dirigir el Instituto Ecuménico de Jerusalén, del que fue rector. Fue miembro de la Academia Francesa desde 1970 hasta 1986. Falleció en Bruselas el 3 de abril de 1986. Esta casa ha publicado Sabiduría griega y paradoja cristiana (2020).
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