Vivimos una época donde palabras esenciales como filosofía, verdad, razón o fe son nociones sospechosas, subversivas, perseguibles por la policía de la opinión pública y que deben vivir en la clandestinidad. Pues bien, Ratzinger y los filósofos tiene la audacia de mostrarnos que todas las capas de prejuicios acerca de Ratzinger y acerca de la filosofía no son más que clichés de una época alienante que se niega a pensar, a dialogar y abrirse al mundo.