Lo que no muere nunca
«Los barrios, las fábricas, las escuelas, la iglesia, los bosques, los campos, todo lo que existía había desaparecido (...) todo eso no era más que un manto de cenizas blancas (...) ¡No podía soportar una vida sin sentido! Tenía que encontrar lo que no perece. Tenía que aferrarse a lo que no muere nunca».
Lo que no muere nunca es la autobiografía de Takashi Nagai, en la que el autor recorre su vida, desde la infancia hasta el día de la explosión de la bomba atómica, captando los numerosos acontecimientos que se desarrollan como la secuencia de pasos en un camino que la Providencia ha trazado hábilmente para prepararle para el momento del gran punto de inflexión.
Una sucesión de acontecimientos narrados en tercera persona tan sensacionales que merecen, aunque solo sea por sí mismos, ser el argumento contundente de una obra literaria, pero que en este relato adquieren un horizonte aún más amplio, al ser las huellas de un camino hacia el descubrimiento de la Verdad que nunca muere.
El proceso de conocimiento y conversión al catolicismo es interesantísimo y muestra a una persona abierta de mente que se deja invadir por la luz de Cristo. Vivió y trabajó (especializado en radiología, triste paradoja) en Nagasaki, en su hospital. Luego llegaría la bomba, que acabaría con la vida de su mujer, dando un gran vuelco a su vida. Una historia que conviene conocer.
Publicado en Infocatólica por Urko de Azurmendi
Revolución en cuatro metros cuadrados
Takashi se encontraba en el hospital cuando lanzaron la bomba atómica sobre el barrio católico de Nagasaki. Él sobrevivió, pero, cuando fue a buscar a su esposa, solamente encontró su cuerpo calcinado y, en medio, su rosario fundido.
Publicado en Vida Nueva por Fernando Vidal
Cenizas de fe tras la bomba atómica
¿Qué camino de fe hizo este hombre para poder aclamar algo así después de haberlo perdido todo? La única respuesta posible es Cristo. Y toda su vida, antes y después de la bomba es un testimonio constante de ello.
Publicado en Revista ECCLESIA por Elena Santa María
Los relatos del dolor y sufrimiento humano son conmovedores. Llevar esas cruces, ya sea como el Cristo de la Pasión o el Cireneo que ayuda a cargar el leño, con un sentido sobrenatural sin amargura ni pesimismo, es edificante y admirable. La vida de Takashi Pablo Nagai (1908-1951) y de su esposa Midori son un testimonio de vida cristiana de tal magnitud que merece ser todo esfuerzo para promover su causa de beatificación en la Iglesia Católica.
Publicado en Tertulia abierta por Francisco Bobadilla Rodríguez
Un testimonio de amor y esperanza
Takashi Pablo y Marina Midori Nagai son santos para nuestro tiempo y nuestro mundo, que parece dirigirse irresponsablemente hacia un cataclismo nuclear, incapaz de diálogo, sumergido en luchas de poder económicas, ideológicas, militares. Ellos nos testimonian que el Amor y la Esperanza son posibles incluso en el desierto atómico.
Publicado en Catalunya Cristiana por Giorgio Chevallard
Este relato resulta de un equilibrio fascinante: es poético, por medio de una prosa directa y concisa. No hay afectación, ni exhibición de estilo; es terso, y su precisión no adolece de tonos almibarados ni de crudeza morbosa. Como todo el libro, hay en este capítulo una sencilla y nutrida armonía de haiku que lleva a pensar si Dios, en realidad, es japonés y no hebreo.
Publicado en El Debate por José María Sánchez Galera
Takashi Nagai es el personaje de este libro
El tema de fondo es la esperanza porque se trata de un viaje guiado a lo largo del curso y la trayectoria turbulenta de una vida en la que el drama humano de una persona llega a entrelazarse con el drama de toda la humanidad. Es es una sucesión de acontecimientos narrados en tercera persona tan sensacionales que merecen, aunque solo sea por sí mismos, ser el argumento contundente de una obra literaria.
Publicado en Adelante España por Gabriel Cortina
Con tu razón puedes analizar todo lo que existe, interesarte por todo, pero si buscas algo sólido y estable, no encontrarás nada. A menos que te llegue desde más arriba del sol. Esa es la experiencia que vivió Nagai, que era un hombre muy curioso, un buscador de la belleza, la verdad y el amor.
Publicado en Huelllas por Nazzareno Marconi
Autobiografía novelada de Nagai
Takashi Pablo Nagai fue un médico que sobrevivió a la bomba atómica de Nagasaki. Confinado en una cama por leucemia, continuó su vida dando testimonio de que la fe cristiana es capaz de devolver la paz a un mundo que parecía aniquilado para siempre.
Lo que en otro tiempo fue una apacible y tranquila ciudad se convirtió automáticamente en un páramo de fuego, cenizas y cadáveres. Takashi Nagai, radiólogo converso al catolicismo, estaba en el hospital cuando recibió el impacto, al que sobrevivió. No fue el caso de su mujer Midori, de la que solo quedaron sus huesos asociados a un rosario que probablemente rezaba en el momento de la explosión. En cuestión de minutos, su vida, su familia, su hogar e investigaciones se habían transformado en polvo. Pero Nagai sabía que el escenario que contemplaba distaba de ser lo que parecía un auténtico infierno. En él permaneció la esperanza. Una virtud que comenzó a cultivar años atrás, cuando abrazó la fe.
Publicado en Religión en Libertad por José María Carrera
Autor
Takashi Pablo Nagai
Takashi Pablo Nagai (1908-1951) fue un médico que sobrevivió a la bomba atómica de Nagasaki, a causa de la cual lo perdió todo, incluida su familia. Confinado en una cama por leucemia, en la más absoluta pobreza, continuó su vida dando testimonio de que la Fe y la Esperanza cristianas son capaces de devolver la paz a un mundo que parecía aniquilado para siempre. Escribió numerosos libros que se han convertido en éxitos de ventas en Japón y el resto del mundo. Murió en mayo de 1951 en olor de santidad.